Cuenta la leyenda que en los años 80, todo plato que estuviera acompañado por esta salsa de origen francés, llevaba intrínseco un halo de sofisticación o como dicen los papás: “daba caché”.

Con los años dejó de ser una novedad y se encontraba en la mesa con la misma facilidad que una salsa rosada; y aunque ya no sea considerada como el vinagre balsámico de hoy, sigue siendo absolutamente deliciosa y refrescante.

¿Qué necesitas?

½ taza de mayonesa

2 cucharaditas de pepinillos finamente picados

1 cucharadita de cebolla cabezona finamente picada

1 cucharadita de jugo de limón recién exprimido

Sal y pimienta al gusto

Preparación

Mezcla todos los ingredientes en un recipiente y deja en la nevera hasta que vayas a utilizar la salsa.

Existen otras variedades que incluyen huevo duro. Si quieres intentarlo, solo debes triturarlo dentro de la mezcla y listo.

También puede ensayar una versión picante. Solo tienes que reemplazar los pepinillos por jalapeños encurtidos.

Sea cual sea la combinación que quieras preparar, va muy bien con pescados y maricos.

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