Hummus de garbanzo

Esta receta la tengo hace años en mi página web y viene con una historia que me gustaría rescatar: cuando era niña mi tía Liliana nos invitó a la casa de mi abuelita a probar una comida “diferente”. Ella estuvo toda una tarde en la cocina en compañía de su amiga Marlene quien le estaba enseñando a cocinar platos de origen árabe, todos vegetarianos.
Yo solo miraba con curiosidad cómo iban llegando platos a la mesa.
Mi tía me preguntaba con una mirada astuta si sabía qué estaba comiendo. Yo muy segura le decía: hamburguesa. Ella muy sonriente como si hubiera ganado una batalla, me decía: ¿crees que es carne? No, ¡son lentejas!
Yo no lo podía creer, sabía igual o hasta más rico. Luego me dio a probar una especie de paté pálido y delicioso. Era un sabor desconocido que no logré descifrar. Se llamaba hummus y esa singular palabra no era más que “garbanzo” en árabe.
Ese día descubrí la versatilidad de muchos ingredientes, fue mi primer contacto con un banquete libre de proteína animal y supe que siempre estaría abierta a experimentar con comida no tradicional.
Si tu también quieres intentarlo, no te vas a arrepentir.

Para 2 tazas

1. Escurre la lata de garbanzos y guarda el agua que viene en ella o usa dos tazas de garbanzos cocidos (en mi libro No le tengas miedo a la cocina te enseño a cocinar legumbres a la perfección).

2. Tritura los garbanzos en un procesador o en la licuadora con algo del líquido de la lata hasta que queden hechos puré. Agrega el jugo de 1 limón, 3 cuchacharadas de pasta de ajonjolí (lo encuentras como Tahine), dos dientes de ajo, un chorrito de aceite de oliva, sal al gusto y continúa procesando hasta que quede con contextura cremosa. Si está muy espeso, agrega más líquido de la lata.

3. Sirve el hummus en un plato hondo, agrega por encima otro chorrito de aceite de oliva y páprika espolvoreada. Sirve con pan , palitos de verdura, galletas o experimenta con otros acompañamientos.

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