Voy a confesarte algo. Siempre he tenido una tendencia a llevar la contraria. La única vez que me hice una carta astral me recomendaron que por nada del mundo fuera a renunciar y a los dos días le estaba diciendo adiós a esa agencia del inframundo. Cuando me dijeron que por la forma de mi cara no me quedaría bien el pelo corto, fui a la peluquería y les dije que me dejaran como un pastor ovejero (está bien, no les dije eso pero ese fue el resultado) y hoy que me entero de que se "celebra" el Blue Monday, el día más triste del año según una ecuación que sacó quién sabe quién, decidí negarme rotundamente a sumarme a esa ola de desasosiego. Le puse pausa al sin fin de Creep que sonaba en mi Spotify, me acomodé el delantal y preparé una receta con la que no hay manera de aguar el ojo a menos que sea de felicidad: pasta con albóndigas.

Acá la receta para 4 melancólicos:

1. en un recipiente grande mezcla muy bien 1 libra de carne de res con 1 cucharada de sal, 1 cucharada de pimienta molida, 1 cucharada de orégano, 1 cucharadita de comino, 1 cucharadita de páprika, 1 cucharadita de ajo en polvo y 1 cucharada de tomillo picado. 

2. arma albóndigas con tus manos y ponlas a dorar en una sartén grande con un poco de aceite vegetal. Cuando tomen color retíralas de la sartén.

3. En la misma sartén sin lavar, pon a dorar 1 zanahoria peladay rallada, 1 cebolla cabezona y dos tomates grandes maduros. Cuando tomen color licúalos con 1 taza de agua, unas hojas de albahaca fresca y lleva la salsa de nuevo al fuego. Agrega sal y pimienta al gusto.

4. agrega las albóndigas a la salsa y deja que se cocinen a fuego lento durante 15 minutos.

5. Sírvelas sobre la pasta de tu preferencia previamente cocida (yo usé rigatoni de quinua), espolvorea un poco de queso rallado por encima y unas hojitas de albahaca.