Sopa de tomates rostizados

Los chinos son a las carteras Louis Vuitton lo que yo soy con la comida de los restaurantes. Plato que me gusta, plato que trato de imitar y con marquillas que parezcan igualitas al original y forro contramarcado.
Ayer fue el caso. Fui a almorzar a uno de mis resturantes favoritos en Bogotá, pedí una sopa de tomates rostizados, me metí la primera cucharada a la boca y le dije mi acompañante: mañana me la voy a copiar para @loquesecocinaenestacasa y pues hela aquí.
Me quedó ídem aunque yo le hice mis aportes. La original llevaba queso de cabra pero yo le puse campesino y además le agregué un poco de cilantro y cebollín para decorar. De verdad quedó como para que ahora me la robes a mi:

Para 2 copietas:

1. corta en cuartos 5 tomates grandes y muy maduros (yo usé chonto, de nuestra tierrita), ponlos en una bandeja para horno, rocíalos con un poco de aceite de oliva y espolvoréales tomillo, orégano y laurel picado. Agrega una cucharadita de páprika y sal y pimienta al gusto. Revuelve con tus manos para que se impregnen de sabor.

2. lleva al horno a 200 C hasta que estén dorados, ligeramente quemados.

3. Retira del horno, deja enfriar un poco y licua con 1 taza de agua y 1 cucharada de panela en polvo o rallada para bajar la acidez. ¡Eso es todo mi querido(a) copycat. Para servir espolvorea un poco de cilantro y cebollín picados, queso campesino o feta o de cabra, desmenuzado, un chorrito de aceite de oliva y acompaña con pan tostado.

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